El frontón madrileño resurge de sus cenizas gracias a la “Plataforma Salvemos el Beti-Jai”

Son las nueve de la noche cuando cruzo el umbral de la puerta de Fernando Larumbe Bidegain. Entro en una estancia donde las paredes han sido sustituidas por libros, y ya a mi vista se avecinan dos habitaciones entrelazadas por un arco sin puerta. Tras saludarle, me quito el abrigo y me siento en el sofá esperando a que termine su llamada telefónica. En la mesilla, un libro a medio terminar: El corralito foral. La publicación que tanto revuelo está causando en el viejo Reino de Navarra. Miro a mi derecha y me encuentro con la biblioteca privada de pelota mejor documentada de España, estantes y estantes de libros, archivos, revistas y demás documentos relacionados con el deporte mencionado.

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Beti-Jai, 1918

Fernando cuelga el teléfono, se sienta a mi lado y comienza a hablar. Nace en Pamplona, un 19 de febrero de 1947 siendo el menor de cinco varones y por delante de tres hermanas. Ingresará en los jesuitas y allí consolidará su carrera como pelotari. En 1964 gana el Campeonato de España Juvenil representando a Navarra. En el 69 gana el Campeonato de España de pala corta (2ª categoría) y en 1970 se hace con el título de Campeón del Mundo de pala corta disputado en San Sebastián. Cuatro años después conseguirá la medalla de bronce en el Campeonato Mundial de Uruguay de paleta de cuero y en el 77 volverá a consolidarse como Campeón de España de pala corta en el Torneo de Federaciones. Habiendo conquistado las categorías juveniles, universitarias, de clubes, federaciones y la categoría mundial, aparcará de manera forzada la pelota tras un accidente de coche en 1981.

Años más tarde y ya afincado en la capital dedicará su tiempo a la recuperación del histórico frontón Beti Jai (Siempre Fiesta, en euskera) de Madrid, situado en Marqués del Riscal 7, distrito de Chamberí, diseñado por el arquitecto cántabro Joaquín Rucoba.

El frontón fue inaugurado en la primavera de 1894, cuando la pelota se encontraba en el punto más álgido de su actividad en España y fue este frontón y otros tres predecesores situados en distintos puntos de Madrid, los que hicieron del juego vasco un verdadero “boom” deportivo.

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Beti-Jai en la actualidad

La “Plataforma salvemos el Beti Jai”, de la que es fundador, surge en julio de 2008 como iniciativa de un vecino de Chamberí y poco a poco se le irán sumando arquitectos, amantes del patrimonio, la cultura y el arte, pelotaris aficionados al juego de pelota, intelectuales y demás ciudadanos. Entre los objetivos principales está el de salvar el Beti-Jai de la ruina y el paso del tiempo. También proponen convertir el lugar en un centro público con uso deportivo, cultural, social y lúdico para disfrute de toda persona que requiera sus instalaciones. La propiedad, hasta hace pocos meses perteneciente a Torcosul, ha sido expropiada en abril de 2015 tras un acuerdo de 6,7 millones de euros entre el ayuntamiento y la empresa, sin olvidar la multitud de batallas por su apropiación de diferentes entes interesados en el terreno (empresarios, constructoras y la “Plataforma salvemos el Beti-Jai”).

P:¿Cómo llega la pelota vasca a Madrid?

F.L: Durante el último tercio del siglo XIX, los reyes de España, con su Corte correspondiente veranea en San Sebastián. Allí aparte de La Concha (la playa) y el casino de Biarritz y muchas más actividades de ocio, hay algo de toros, pero tampoco mucho, hay un espectáculo muy curioso que se llama juego de pelota. Ya desde 1870 hay pelotaris famosos como Txikito de Eibar y demás, y que sin pertenecer a empresas son contratados por empresarios que tienen frontones y montan desafíos. El Ministro de la Corte Romero Robledos, era muy aficionado al juego de la pelota y amigo del empresario del País Vasco, entonces le lleva a los reyes y les chifla, les encanta el juego de la pelota y todos los veranos repiten la hazaña. Por lo que el empresario piensa “¿ Por qué voy a esperar al verano cuando me lo puedo montar allí en Madrid?”. Entonces el empresario monta el Jai Alai en 1891 (Fiesta alegre en euskera), y al año siguiente otro empresario como ve que hay negocio monta el Fiesta alegre (1892), en 1893 el Euskal Jai y en 1894 llega el empresario que tenia el Beti Jai en San Sebastián y se le ocurre construir el mismo en Madrid, por lo que llama a Joaquín Rucoba, que es el arquitecto que construyo el Teatro Arriaga de Bilbao, el Mercado de las Atarazanas y la Malagueta de Málaga, con estilo neo mozárabe. Le da los planos del Beti-Jai de San Sebastián y le dice que quiere aquello en Madrid y el tío se luce. El éxito (ya venido de antes) es arrollador. En un Madrid de finales del XIX con una población de 500.000 habitantes, conviven cuatro frontones con una capacidad de 4.000 espectadores por edificio, donde todos los días de la semana se disputan partidos.

 P: ¿Por qué, tras unos cuantos años, decae el éxito del deporte y se abandonan los frontones?

F.L: El exceso, la inflación de frontones y de actividad pelotística hace que no haya público suficiente. Estamos hablando de una España bastante empobrecida. Más aún, la Iglesia no estaba de acuerdo con el juego. Esto triunfaba, no solo por que es bonita la pelota, sino porque puedes apostar, era el único sitio, ahí y en el hipódromo. De 1890 a 1895 es un éxito rotundo, pero luego empieza a decaer, debido a que no hay público suficiente. Pero durante esos cinco años había funciones diarias. A partir de 1918 es usado como fábrica de coches, academia militar y demás.

 P: Lucháis por que la UNESCO lo nombre Patrimonio de la Humanidad, ¿de qué depende su nombramiento?

F.L: La UNESCO no financia obras que entiende que merecen ser la pena declaradas patrimonio, pero si tiene la autoridad moral, estética y cultural del reconocimiento de los fenómenos culturales en el mundo del tipo que sean. La UNESCO dice: “ si ese frontón se rehabilita y se juega a la pelota (no hace falta que sólo a la pelota vasca), entonces podemos declarar Patrimonio de la Humanidad el bien material (el edificio) y el bien inmaterial (el juego de pelota). Y nosotros decimos que esa idea es muy interesante porque el juego de pelota no tendría por qué ser necesariamente el juego de pelota vasca, sino otros muchos tipos de juego de pelota. Madrid tendría un monumento declarado Patrimonio de la Humanidad, que no lo tiene, y además el juego de pelota como deporte propiamente español, en el sentido que alberga varios juegos distintos y además el resto de las naciones estarían encantadas de que sus juegos de pelota fueran declarados patrimonio de la humanidad. Con lo cual habría mucho apoyo, sería factible y habría en el centro de Madrid un monumento declarado patrimonio de la humanidad. Eso a efectos de turismo es una ventaja.

 P: Comentáis en la web que los costes de restauración no serían muy elevados…

F.L: El mantenimiento y la restauración son cosas distintas. Han habilitado 300.000€ para el 2015 y 800.000€ para el 2016. Ya están en obras, empezaban a finales de noviembre-diciembre. Ahora están haciendo obras de mantenimiento, para que no vaya a peor. No es el proyecto de rehabilitación. Mientras tanto en el 2016 se abre un proceso de concurso que quieren que sea internacional sobre rehabilitación. Pero claro, los arquitectos se preguntan los usos que va a tener y ahí es donde está en estos momentos el tema peligroso. El frontón está hecho un desastre. No costaría tanto como se dice o como se piensa, porque es una estructura muy ligera, un espacio abierto, los tabiques se mantienen y una gradería inmensa hecha de columnas de hierro que se han mantenido. No sería tan costoso. La rehabilitación es menos de lo que se piensa, la estructura es muy buena. Los elementos materiales que hay que reponer se pueden copiar y la fachada al ser de ladrillo no cuesta tanto como el hormigón.

 P: ¿ El ayuntamiento de Madrid no ve conveniente que se le de el uso de centro publico de uso diverso para la ciudadanía?

F.L: La plataforma plantea cuatro opciones; polideportivo, espacio protegido de la UNESCO, multicultural y plaza ciudadana de Chamberí, de puertas abiertas. En la historia de los frontones, dicho espacio se ha utilizado con fines diversos como culturales, sociales, políticos y por supuesto deportivos, se le puede llamar la plaza o ágora vasca. El frontón es un lugar de centralidad y socialización, se celebran partidos, mercadillo, el baile de las fiestas,…Chamberí está muy mal dotado de infraestructuras deportivas y proponemos que sea de uso público y aunque la gestión sea privada y organice eventos, cuando no haya un evento especial o cuando al cabo del año se arbitren algunos días, entre quien quiera para su propio uso. Los eventos pueden ser diversos, desde la Madrid Fashion Week, charlas, talleres, actividades, hasta lo que sea.

 P: Emocionalmente para ti ¿qué significado tiene el frontón?¿Cómo te sientes al ver que por lo que habéis peleado durante tanto tiempo se está consiguiendo?

F.L: La emoción es compartida, por los de la plataforma y por mi, la recuperación del patrimonio nacional y artístico. Recuperar una obra de este rango es emocionante. Ganar la lucha con las mafias que han querido especular para que eso se vaya al garete (metro cuadrado tan cerca de la castellana tiene mucho valor económico), la lucha ciudadana ante unas instituciones que han hecho dejación de insistir, de controlar, que no la compraron en su momento por mucho menos dinero del que lo han comprado ahora, que nos han llamado “¡Quijotes, que no vais a conseguir nada!” imagínate el gustazo al saber que lo expropian, que se lo queda el ayuntamiento. Además el movimiento ciudadano dice que nuestra idea es genial y nos dan las gracias, los ciudadanos y los partidos políticos. Joe, te emociona ver que se ha conseguido contra viento y marea.

Desde el punto de vista pelotístico, la nostalgia de lo que fue el juego de pelota, es muy emocionante ver que se recupera un edificio así. El Beti-Jai ha sido una metáfora de lo que ha sido el juego de la pelota en la historia, el auge, el boom, el hundimiento…¿y si ahora resurge el Beti Jai y con ello, la pelota? ¿Por qué Madrid no va a recuperar eso y volver a florecer como fue y desempeñó ese papel hace 120 años? ¿Utopía? Ya se verá.